El acero inoxidable es prácticamente inoxidable gracias a su composición química que crea una capa protectora en su superficie, impidiendo que el oxígeno entre en contacto con el hierro.
El acero a menudo se oxida cuando el hierro reacciona con el oxígeno, formando óxido de hierro, que puede corroer el hierro, haciendo que el material sea menos seguro y más antiestético. La composición química del acero inoxidable evita que el oxígeno del aire y del ambiente entre en contacto con el hierro del acero, lo que ayuda a prevenir reacciones de oxidación dañinas.

El acero inoxidable generalmente contiene entre un 62 y un 75 % de hierro, un 1 % de carbono, más de un 10,5 % de cromo y un pequeño porcentaje de níquel, lo que hace que el material sea más duradero y más fácil de procesar. Mientras tanto, el acero suele ser una aleación que contiene un 99% de hierro y alrededor de un 0,2-1% de carbono.
Según el científico de materiales Tim Collins, secretario general de Worldstainless, una organización belga sin fines de lucro que colabora con la Asociación Mundial del Acero, el cromo juega un papel clave para ayudar al acero inoxidable a resistir el óxido.
El cromo reacciona con el oxígeno del ambiente, tanto en el aire como bajo el agua, creando una capa pasiva de óxido de cromo (Cr2O3) sobre la superficie del metal, impidiendo que el oxígeno entre en contacto con el hierro del acero y cree óxido.
La capa de óxido de cromo del acero inoxidable tiene solo unos pocos nanómetros de espesor, es invisible y tiene la capacidad de autocurarse si se daña. Es inerte, no reacciona químicamente con otros compuestos y no se filtra. Estas propiedades hacen que el acero inoxidable sea adecuado para la fabricación de alimentos, la cirugía y muchas otras aplicaciones.
El acero inoxidable fue desarrollado por el metalúrgico británico Harry Brearle en 1912 mientras investigaba aleaciones de acero para evitar la corrosión en los cañones de las armas. Brearley creó una aleación de hierro, carbono, cromo y níquel, pero la tiró a la basura porque no era adecuada para los cañones de las armas. Después de unas semanas, vio que la aleación del patio no se oxidaba, por lo que la utilizó para desarrollar el material y presentó el producto en 1915.
La producción de acero inoxidable es compleja e implica componentes metálicos especiales en la aleación (como molibdeno para aplicaciones submarinas), por lo que el costo de producción es de 3 a 5 veces mayor que el del acero normal. Por lo tanto, hoy en día la mayoría de las aplicaciones que requieren acero utilizan acero normal o acero al carbono.