China y Estados Unidos han tenido una relación bastante tensa durante las últimas décadas debido a una variedad de cuestiones económicas y geopolíticas. Sin embargo, en los últimos años, especialmente durante el primer mandato del presidente Donald Trump, los pequeños chips dentro de los dispositivos electrónicos se han convertido en un punto de discordia entre las dos superpotencias del mundo.
Ahora, cuando el líder estadounidense (2016-2020) está a punto de regresar a la Casa Blanca, China se está preparando activamente para una nueva guerra con la superpotencia número uno del mundo en el "frente" comercial y tecnológico. La señal más obvia es que la cantidad de circuitos integrados estadounidenses importados a China se ha disparado.
En otras palabras, China está acelerando sus esfuerzos para acumular microchips de Estados Unidos mientras busca protegerse contra una posible ola de sanciones de la administración entrante del presidente electo Donald Trump, a fin de minimizar el impacto de posibles restricciones.
Mientras el 47º presidente de Estados Unidos se prepara para regresar a la Casa Blanca para un segundo mandato, China también se prepara para una nueva ronda de sanciones y restricciones a su industria de semiconductores. De hecho, Trump ha anunciado planes para imponer aranceles de hasta el 60% a los productos importados de China. Además, Trump también podría aumentar las restricciones a las exportaciones de chips y GPU a China.
China importó circuitos integrados por valor de más de 1.110 millones de dólares desde Estados Unidos en octubre, lo que representa un aumento interanual del 60 por ciento, según un nuevo informe del South China Morning Post.
Además, los datos aduaneros muestran que China importó microchips por valor de 9.610 millones de dólares de Estados Unidos en los primeros 10 meses del año, un 42,5 por ciento más que en 2023. Las compras mensuales de chips de China a Estados Unidos han superado constantemente los 1.000 millones de dólares desde junio. Entre los nueve tipos de microchips importados de Estados Unidos, el país está particularmente interesado en comprar procesadores, controladores y chips basados en CPU para almacenamiento y amplificación de señales.

Trump ha demostrado que su promesa de poner a China a la defensiva no era pura palabrería. Durante su primer mandato como presidente de Estados Unidos, Trump designó a TikTok como una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos, lo que desencadenó una guerra comercial con China. Huawei todavía depende de una arquitectura obsoleta de 7 nanómetros para sus próximos dos procesadores Ascend, ya que las restricciones tecnológicas estadounidenses impiden al gigante tecnológico chino acceder a máquinas de litografía más avanzadas.
Los orígenes de este conflicto se deben en parte a la ambición de China de conquistar Taiwán, el mayor y mejor fabricante de chips del mundo. La conquista de Taiwán por parte de China y su acceso a tecnologías avanzadas de fabricación de chips podría ser un desastre para la seguridad nacional de Estados Unidos.